La gimnasia pasiva puede ser una excelente herramienta para mejorar la calidad de vida durante la vejez. Este tipo de ejercicio, centrado en movimientos suaves y controlados de las articulaciones, es reconocido para mejorar la flexibilidad y reducir los dolores que acumulamos a medida que envejecemos. 

Esta práctica suave y segura ofrece una manera efectiva de incrementar la movilidad, aliviar el dolor y mantener la salud general sin poner demasiada presión sobre el cuerpo. En este artículo, exploraremos los beneficios de la gimnasia pasiva y como puede contribuir al bienestar físico y emocional de las personas mayores.

El movimiento del sistema musculoesquelético es esencial en todas las etapas de la vida. Pero la práctica de la gimnasia pasiva ofrece varias ventajas, especialmente a aquellas personas mayores con dificultades de movilidad, y ayuda a preservar su autonomía.

La gimnasia pasiva es el complemento ideal acompañado otras acciones como por ejemplo andar, estirarse o practicar yoga adaptado... Es una opción accesible y efectiva que favorece el bienestar físico y emocional.

Estos son algunos de los beneficios que aporta la práctica de la gimnasia pasiva para la salud:
  • Mejora de la circulación sanguínea, lo cual puede ayudar a reducir la inflamación de las piernas y facilitar la cicatrización de úlceras.

  • Tonificación muscular suave, que puede ser útil para mantener la fuerza y prevenir la pérdida de masa muscular.

  • Reducción de la estrechez muscular y rigidez articular, el que es beneficioso para mejorar la flexibilidad y reducir los dolores articulares.

  • Corrección de la flacidez y disminución de los depósitos de grasa, el que puede contribuir a mejorar la composición corporal.

  • Aumento de la amplitud de movimiento, el que es esencial para mejorar la capacidad de realizar movimientos cotidianos con mayor comodidad y sin dolor.

  • Estimulación eléctrica para corregir la flacidez y disminuir los depósitos de grasa, así como aumentar el tamaño de la zona tratada.

  • Fortalece y tonifica los músculos de las piernas. Un punto que puede ser especialmente beneficioso para personas con problemas de movilidad reducida.

  • Eliminación de los líquidos retenidos en el tejido, el que puede ser útil para personas con problemas de retención de líquidos.

En resumen, la gimnasia pasiva ofrece una amplia gama de beneficios, incluyendo mejora de la circulación sanguínea, tonificación muscular suave, reducción de la estrechez muscular y rigidez articular, corrección de la flacidez y disminución de los depósitos de grasa, aumento de la amplitud de movimiento, estimulación eléctrica para corregir la flacidez y disminuir los depósitos de grasa, fortalece y tonifica los músculos de las piernas y la eliminación de los líquidos retenidos en el tejido.

Cómo se puede determinar si una persona mayor está en condiciones de practicar gimnasia pasiva?

Para empezar, hace falta una rutina de ejercicios sencilla, que incluso podemos hacer sentados: movimientos de talones, movilidad de piernas, flexiones plantares, estiramientos de rodillas, balanceo activo de brazos, movimientos de cuello o rotación de varios músculos... Siempre que sea posible, se recomienda andar diariamente.

Pero antes, es importante contrastarla con un profesional de la salud antes de empezar cualquier nueva rutina de ejercicios, especialmente en aquellas personas que sufren demencias neurodegenerativas en fases más avanzadas, para asegurarse que la gimnasia pasiva sea segura y adecuada para sus necesidades. Para determinar si una persona mayor está en condiciones de practicar gimnasia pasiva, se tienen que tener en cuenta los siguientes puntos:

  • Consúltalo con un profesional de la salud: Es recomendable que las personas mayores consulten con un profesional de la salud, como un fisioterapeuta o médico, para evaluar su condición física y determinar si la gimnasia pasiva es adecuada para ellas.

  • Evaluación de la movilidad y la fuerza muscular: Una evaluación de la movilidad y la fuerza muscular puede ayudar a determinar si una persona mayor está en condiciones de practicar gimnasia pasiva: se tiene que analizar la capacidad de realizar movimientos suaves y controlados de las articulaciones, así como evaluar la fuerza muscular de las extremidades.

  • Consideración de las limitaciones físicas: Tener en cuenta las limitaciones físicas individuales, como por ejemplo problemas de salud preexistentes o lesiones, es crucial para determinar si una persona mayor está en condiciones de practicar gimnasia pasiva. Esto puede ayudar a adaptar los ejercicios a las necesidades individuales.

Tener en cuenta estos tres puntos serán clave para escoger una rutina de ejercicios adecuada para cada caso.

Este es un ejemplo de rutina semanal de ejercicios de gimnasia pasiva de dificultad baja:

Lunes

  • Elevación de piernas: sentado a una silla, levanta una pierna y manténla durante 10 segundos. Repite con la otra pierna. Fez 2 series de 10 repeticiones por pierna.

  • Rotación de articulaciones: mueve suavemente los tobillos y las manos en círculos durante 1 minuto.

Miércoles

  • Flexiones de brazos: sentado a una silla, acerca y aleja los brazos del cuerpo (2 series de 10 repeticiones)

  • Estiramientos: estira los brazos hacia arriba e inclina el cuerpo hacia los lados (mantén cada posición durante 15 según)

Viernes

  • Andada suave: anda durante 10 minutos por el interior de casa o en un espacio seguro al aire libre o en el interior de casa.

  • Movimientos de cabeza y cuello: gira el hacia la izquierda y a la derecha e inclínalo hacia los lados (5 repeticiones de cada movimiento)

Rutinas alternativas y ejercicios complementarios

Se pueden seguir otras rutinas basadas en los principios de la gimnasia pasiva diferentes, que incluyan una combinación de ejercicios de baja intensidad, estiramientos suaves y movimientos controlados para promover la flexibilidad y reducir la rigidez muscular. Otros ejercicios complementarios recomendables para incorporar a la rutina son:

  • Estiramientos suaves: Incluir estiramientos para todo el cuerpo, como estiramientos de brazos, piernas, espalda y cuello. Mantener cada estiramiento durante 15-30 segundos.

  • Movimientos de rotación articular: Realizar movimientos suaves de rotación para las articulaciones principales, como tobillos, rodillas, caderas y hombros.

* Es importante adaptar esta rutina a las condiciones individuales y consultar con un profesional de la salud antes de empezar cualquier nueva rutina de ejercicios, especialmente en el caso de las personas mayores o aquellas con limitaciones físicas.

Recomendaciones

1. Adaptación de la rutina a las condiciones individuales: Las rutinas de ejercicios de gimnasia pasiva se tienen que adaptar a las condiciones individuales, incluida la movilidad, la fuerza y la flexibilidad de cada persona mayor. Es importante evitar ejercicios que puedan poner demasiada presión sobre el cuerpo o causar malestar.

2. No abusar del ejercicio físico: Es importante no abusar de la gimnasia pasiva y seguir las recomendaciones del profesional de la salud o fisioterapeuta sobre la frecuencia y la duración de los ejercicios, para evitar posibles efectos no deseados.

3. Monitorización del progreso: Es recomendable monitorizar el progreso y ajustar la rutina de ejercicios según las necesidades individuales y la respuesta del cuerpo a la gimnasia pasiva. Esto puede ayudar a garantizar que los ejercicios sean seguros y efectivos 

En resumen, es crucial asegurarse que se tomen las precauciones adecuadas, incluyendo la supervisión profesional, la adaptación en las condiciones individuales, evitar el uso excesivo y monitorizar el progreso. Esto puede ayudar a garantizar que la gimnasia pasiva sea una opción segura y beneficiosa para las personas mayores.

Realizar ejercicios de gimnasia pasiva de forma regular puede aportar varios beneficios para las personas mayores:
  • Mejora de la flexibilidad y la movilidad articular.

  • Fortalecimiento suave de los músculos que puede ayudar a prevenir lesiones.

  • Estimulación de la circulación sanguínea.

  • Mantenimiento del equilibrio y la coordinación.

  • Reducción de la estrechez muscular y la rigidez articular.

Más allá de los beneficios físicos:

La gimnasia pasiva no solo aporta beneficios físicos a las personas mayores, sino que también tiene un impacto positivo en su bienestar emocional y social. A través de la práctica regular de estos ejercicios físicos las personas mayores podran:

  • Aumentar la autoestima y confianza: Al sentirse más fuertes y flexibles, las personas mayores experimentan una mayor satisfacción con su cuerpo y una sensación de control sobre su salud.

  • Reducir el estrés y la ansiedad: La gimnasia pasiva ayuda a relajar el cuerpo y la mente, aliviando los síntomas de estrés y ansiedad que son comunes en la vejez.

  • Mejorar el estado de ánimo: El ejercicio físico libera endorfinas, hormonas que tienen un efecto antidepresivo y promueven un estado de ánimo más positivo.

  • Combatir la soledad y el aislamiento: Participar en sesiones de gimnasia pasiva en grupo puede ser una excelente manera de socializar con otras personas mnayores, crear vínculos y combatir la soledad.

  • Impacto en la salud mental: La gimnasia pasiva puede ser una herramienta útil para la prevención y el tratamiento de varios problemas de salud mental comunes en la vejez, como por ejemplo la depresión, la ansiedad y la demencia. 

Varios estudios han demostrado que la práctica regular de ejercicio físico puede:
  • Mejorar la función cognitiva: Aumentar la memoria, la concentración y la capacidad de aprendizaje.

  • Reducir el riesgo de demencia: Disminuir la velocidad de progresión de la enfermedad y retrasar la aparición de los síntomas.

  • Mejorar la calidad del sueño: Favorecer un sueño más profundo y reparador.

  • Aumentar los niveles de energía: Reducir la fatiga y la sensación de cansancio.

A través de estas rutinas de ejercicios, se ganará movilidad y flexibilidad, lo cual permitirá la incorporación gradual de nuevos ejercicios y la experimentación de una mejora progresiva del bienestar general. Es crucial establecer una rutina y entender que los beneficios no serán inmediatos, sino que requerirán constancia. La frecuencia de los ejercicios determinará el progreso.

También es muy recomendable definir unas metas simbólicas y tener monitorizada la evolución. Esto puede facilitar la incorporación de la actividad física a la rutina diaria. También es importante celebrar los éxitos logrados.

En resumen, incorporar sesiones de gimnasia pasiva a nuestra rutina, puede acontecer un hábito clave para ayudarnos a mantenernos activos y sanos mientras envejecemos.

Natàlia Aparicio
Fisioterapeuta del Centro Residencial Colònia Güell