¿Cómo podemos evitar las caídas?
Las caídas son uno de los temas que más preocupan entre el colectivo de personas mayores. Una de cada tres personas mayores de 65 años sufre al menos una caída al año. Las consecuencias de una caída pueden ser muy graves.
¿Cuáles son los factores de riesgo más habituales y cómo podemos prevenir?
La Organización Mundial de la Salud define las caídas como la consecuencia de cualquier acontecimiento que precipite a la persona en el suelo, en contra de su voluntad.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo de caídas en las personas mayores?
Los factores de riesgo de caídas entre las personas de más de 65 años pueden ser de origen interno o externo, aunque a menudo son resultado de una combinación de ambos tipos. Las causas que tienen su origen en la persona, en su salud o características, son internas. Aparte, las causas externas son las que están relacionadas con las condiciones del entorno.
Entre las causas intrínsecas podemos citar:
- La edad. El riesgo de caída se incrementa con la edad de la persona mayor, con mayores riesgos de caer y sufrir una lesión grave que incluso puede provocar la muerte.
- Dificultades de movilidad y fuerza muscular, derivados de enfermedades (como el Parkinson), marcha inestable o bien de problemas óseos, articulares, circulatorios y / o musculares. El estilo de vida sedentario, con falta de ejercicio y actividad física disminuye la fuerza muscular necesaria para una adecuada movilidad.
- Problemas auditivos y/o visuales. Con la edad, podemos perder la capacidad para captar los sonidos y en consecuencia tener dificultades para mantener el equilibrio, levantarse o caminar. También nuestras capacidades visuales se modifican cuando nos hacemos mayores, por lo que nos puede ser más difícil ver en la oscuridad o cuando hay una luz brillante, y nos podemos sentir inseguros al caminar por la calle, o cuando hace mucho sol o es de noche, y esto incrementar el riesgo de caídas. Los cambios visuales y auditivos inciden sin embargo el mantenimiento del equilibrio en las personas mayores: el sistema nervioso ascendente que informa al cerebro sobre la posición del cuerpo se ve afectado, y se incrementa el riesgo de caídas por desestabilización de la persona.
- Los mareos son una de las principales causas de caídas entre personas mayores. Se dan cuando no llega suficiente sangre al cerebro, y las causas pueden ser diversas. Entre ellas destacan la deshidratación, la disminución repentina de la presión arterial o el consumo de determinados fármacos.
- Algunas enfermedades como la incontinencia urinaria o la insuficiencia cardíaca, pueden hacer que tengamos que ir más a menudo al baño. Esto sumado a que se tenga más prisa por llegar (urgencia urinaria), la oscuridad por la noche, dificultades visuales o la marcha inestable, puede incrementar el riesgo de caer.
- Deterioros cognitivos o la disminución, por ejemplo, de la pericia para hacer varias tareas a la vez, incrementan los riesgos de caída.
Y entre las causas extrínsecas se pueden encontrar algunas como las siguientes:
- En la calle, por ejemplo, podemos encontrar elementos que provoquen resbalones o tropiezos, convirtiéndose en desencadenantes de caídas. Entre estos elementos se encuentran, entre otros, los pavimentos defectuosos o resbaladizos (por ejemplo cuando ha llovido o por la limpieza de la calle) o iluminación insuficiente en las calles cuando es oscuro.
- En casa, la falta de una correcta iluminación, el desorden, el exceso de mobiliario, el uso de alfombras, el cableado desordenado y por tierra, el uso de bañera en lugar de ducha o la falta de asideros, son elementos que incrementan el riesgo de caídas entre las personas mayores.
¿Qué medidas preventivas podemos adoptar?
Las consecuencias de las caídas pueden ser mayores de las que aparentemente son visibles y por ello tenemos que estar alerta con el fin de evitarlas. Las actuaciones para hacer menor el riesgo de sufrir caídas son variadas y deben combinar factores intrínsecos, extrínsecos y adaptarse al riesgo de caídas y los antecedentes particulares de cada uno. Entre las medidas más comunes, podemos citar las siguientes:
- Adaptar el entorno de la persona mayor: quitar obstáculos en lugares de paso, fijar las alfombras en el suelo, tener una buena iluminación, cambiar la bañera por el plato de ducha, instalar elevadores al w.c. y / o asideros y pasamanos en lugar de paso ...
- Corregir déficits auditivos y/o visuales con audífonos y / o gafas. Utilizar calzado adecuado y ayudas técnicas que faciliten la marcha.
- Visitar el médico para revisar factores que pueden están incidiendo en el riesgo de sufrir caídas, como la medicación y especialmente los fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central, la baja tensión, una alimentación deficitaria o deformidades en los pies, entre otros.