¿Cómo gestionar los primeros olvidos de memoria?

Con el paso de los años, a menudo las capacidades personales, tanto de tipo físico como cognitivo, empiezan a deteriorarse. Así puede darse que la persona mayor un día pierda las llaves, se olvide de recoger los limpios a la escuela o se desoriente en su entorno habitual. 

¿Cómo podemos ayudar a la persona a gestionar estos primeros olvidos?

Inicialmente es frecuente que no le damos una importancia relativa a estas manifestaciones de descuido y pensamos que son eventos propios del proceso de envejecimiento. Ahora bien, si observamos que estos hechos son cada vez más frecuentes tenemos que poder valorar con la persona mayor la asistencia al médico, a fin de obtener una primera opinión sobre lo que puede estar pasando.

Tengo problemas de memoria: ¿esto quiere decir que estoy enfermo?

No recordar dónde se ha dejado la bolsa, olvidarse de hacer algo, o no poder nombrar de forma espontánea a las personas conocidas, no necesariamente significa que estemos enfermos. Dificultades temporales de este tipo pueden ser debidos simplemente a estados emocionales de nerviosismo, estrés, u otras causas. Enfermedades tales como la depresión u otros de fuerte componente emocional, pueden llegar a generar dificultades de evocación de la memoria aparentemente muy graves. El tratamiento psicológico y farmacológico cuando sea necesario, puede llegar en estos casos a mejorar los problemas de memoria.


En el propio proceso de envejecimiento hay un deterioro cognitivo inevitable, la velocidad de procesamiento mental es más lenta, pero en general esta afectación no interfiere en la actividad diaria y cotidiana de la persona mayor. Ahora bien, a veces las dificultades con la memoria pueden ser un primer síntoma de enfermedades degenerativas como las demencias o el Alzheimer, o de enfermedades cerebrovasculares u otras enfermedades que causan lesiones cerebrales, (como por ejemplo a consecuencia de traumatismos cráneo-encefálicos ). Estas enfermedades cerebrales afectan a las capacidades de forma global e irreversible, y hay que prestar su atención a fin de identificar de forma rápida y hacer todo lo posible para retardar su progreso.

Es importante acompañar a la persona mayor con olvidos de memoria al médico cuando: los problemas son diarios y no ocasionales, persistiendo en el tiempo; han empeorado en los últimos 6/12 meses; existe preocupación por los olvidos por parte de la propia persona mayor y / o sus familiares; y / o los problemas de memoria afectan a la realización de las actividades de la vida diaria de la persona, como la gestión del dinero, la auto-cuidado o la toma de medicación, entre otros.

Cuando hay patología

Una vez el profesional médico ha realizado un diagnóstico, hay que seguir sus indicaciones. El deterioro cognitivo leve es un trastorno que implica una pérdida de memoria pero que no impide a la persona que lo padece realizar sus actividades diarias. Ahora bien, este trastorno puede ser un indicador temprano de la demencia tipo Alzheimer, aunque en no todos los casos deriva en esta enfermedad.

Ahora bien, en caso de deterioro cognitivo o demencia, y cuando nos encontramos ante unos primeros olvidos de memoria, resultan útiles algunas recomendaciones para estas fases más leves:

  • Facilitar que la persona mayor pueda mantener sus rutinas en el hogar, a nivel social ... en cuanto a horarios, tareas, formas de hacer las cosas, por ejemplo.
  • Prevenir o evitar al máximo los problemas de desorientación temporal, propios de enfermedades como el Alzheimer, colocando los relojes y calendarios a la vista, o notas o señales de ubicación de dónde están los objetos.
  • Recordar y acompañar a la persona en el cumplimiento del plan de tratamiento establecido con los especialistas, como el plan farmacológico o el plan de actividades.
  • Aportar apoyo emocional ante los miedos, angustias, malestares .., que se pueden producir en la persona mayor y / o su entorno a causa de olvidos, pérdidas o hechos similares. Si se detectan síntomas de depresión o angustia en la persona, hay que informar al médico lo antes posible.
  • Los efectos en la memoria de patologías tales como el deterioro cognitivo leve y la demencia pueden reducirse mediante una buena alimentación, ejercicio físico, descanso adecuado, cuidar el aspecto relacional y emocional, y la estimulación cognitiva.
  • Está claro que abandonar cualquier mal hábito relacionado con el alcohol, el tabaco u otros tóxicos resultará beneficioso tanto para la memoria como para la salud en general.
  • En todo caso, resulta indispensable no regañar a la persona mayor por los olvidos o desorientaciones, para no incrementar la angustia. La actitud comprensiva y facilitadora por parte de familiares y conocidos, de las situaciones de pérdida de memoria, facilitarán a la persona mayor que las padece, una mayor aceptación de la situación personal que está viviendo.