La estimulación sensorial con la gente mayor es una intervención con el objetivo principal de favorecer la sensación de bienestar. Principalmente, se trata de dar una experiencia rica y variada a los diferentes sentidos mediante sonidos, luces, colores, olores, sabores y experiencias táctiles.
Muchas veces, las personas que están en un centro residencial, tienen enfermedades neurodegenerativas que pueden comportar una desconexión con la realidad y, estimulando los sentidos, se consiguen hitos como aumentar la conciencia del entorno, aumentar la atención y la concentración o reducir las alteraciones conductuales.
Desde el Centro Residencial Pla de Martís ofrecemos estimulación sensorial a todas las personas residentes, pero damos prioridad a aquellas que por su deterioro neurocognitivo no pueden disfrutar del mismo modo otras actividades. De este modo, los podemos ofrecer actividades lúdicas que potencien sus sentidos. Mediante la estimulación multisensorial se mejora la integración de las diferentes vías sensoriales. Estos talleres ayudan a reducir alteraciones conductuales, mejoran la psicomotricidad o el autoconocimiento del propio cuerpo y refuerzan las relaciones interpersonales.
A Pla de Martís disponemos de una pequeña sala para trabajarlo. Se inspira en las salas Snoezelen, un término holandés que proviene de mezclar las palabras «snuffelen» y «doezelen», que significan “oler” y “relajarse” respectivamente.
Se trata de un espacio interactivo diseñado para estimular los sentidos y mejorar la calidad de vida de las personas. En esta sala hacemos sesiones con grupos pequeños -a veces también hemos hecho de individuales-, de unos 30 minutos de duración, en las cuales se estimula la visión, la audición, el olfato y el tacto.
La sala dispone de material muy diverso: fotografías, proyector calmante sensorial, luces LED relajantes, música y sonidos relajantes, calidoscopio, mesa sensorial, aceites esenciales, saquitos ambientadores, puzles y rompecabezas, cuadrados con diferentes texturas, etc.
Las sesiones siguen una metodología pautada. Consisten a saludar cuando se entra y se sale de la sala, explicar el que se hará durante la sesión, mostrar afecto, comunicar todo el que va sucediendo y tener cura que la persona esté cómoda y relajada en todo momento.
Si se tienen en cuenta las preferencias de la persona y se le da el tiempo que necesita, se crea una atmósfera agradable. Por eso es importante que a cada sesión se prepare una combinación diferente de estimulaciones sensoriales personalizada, según necesidades y momento vital personal.
Èrika Roura
Educadora social y psicóloga del Centro residencial Pla de Martís