Se sabe ya de años que la plasticidad neuronal existe y además, es efectiva, pero ¿qué es realmente este concepto? ¿Consiste en la capacidad que tiene el cerebro en recuperarse, reestructurarse y adaptarse a nuevas situaciones?
Nuestro cerebro genera nuevas conexiones neuronales para acoger nuevas situaciones y/o aprender nuevas cosas. Cierto es que de niños esta capacidad de aprendizaje es mayor por un simple hecho biológico. Nuestras células se regeneran antes cuando más joven eres. Pero no significa que a medida que vayamos cumpliendo años perdamos esta capacidad, ni mucho menos: la única diferencia es que quizás necesitaremos más constancia e incluso un poco más de tiempo. La ciencia ha demostrado que la neuroplasticidad cerebral en el adulto mayor no solamente existe, sino que incluso en personas con demencia también sucede, con menos intensidad, pero ocurre.
Por otro lado, estamos en la era de la tecnología. Cada vez está todo más digitalizado y se prevé que en 10 años aumentará mucho más. Pero claro, ¿qué ocurre con los mayores de hoy? La mayoría apenas saben utilizar el teléfono móvil, les cuesta sacar dinero de un cajero automático… Y escuchan por la calle que pronto no habrá ni dinero físico. Cuándo sale este tema la sensación de agobio y miedo está en sus rostros y la mayoría de personas evitan el tema o comentan qué suerte tienen de la familia.
Y aquí es donde entra en juego la llamada neuroplasticidad cerebral. Si sabemos que hasta el último día de nuestras vidas nuestras neuronas tienen la capacidad de aprender y que cada vez dependemos más de la tecnología, es importante que desde los mismos domicilios, familias o centros residenciales, potenciemos esta plasticidad para que las personas mayores sean lo más autónomas posible. No demos por sentado que no lo van a aprender a hacer nunca. Porque la ciencia nos ha demostrado que no es verdad y podemos aprender cosas nuevas cada día con constancia y paciencia.
También es cierto que, cada vez más, la tecnología juega un papel importante en la vida de las personas mayores y por suerte, poco a poco, más empresas apuestan por ello.
Por ejemplo, existe una empresa llamada Famileo que ha sacado una aplicación móvil para que los miembros de la familia puedan colgar fotos y comentarios y, a posteriori, estás se impriman en forma de revista para poder entregarla a la persona mayor.
Lo hemos incorporado en el Centro residencial Colònia Güell y el éxito es aplastante. La app se diferencia de otras aplicaciones de mensajería o redes sociales porque está diseñada específicamente para las personas mayores.
La generación actual de personas mayores son más de papel y bolígrafo. Los jóvenes son más digitales. Esta aplicación enlaza varias generaciones y provoca en la persona mayor un entusiasmo digno de ser vivido.
Ver a sus seres queridos realizando alguna actividad, en alguna comida familiar, contándoles historias… y saben que su revista también es una nueva manera de relacionarse. Porque a menudo ocurre que ya no sabes que contar a tu padre o a tu madre cuando los visitas… Y, de esta manera, generas un vínculo de comunicación que permite trabajar la reminiscencia.
No hay que olvidar que en la ecuación del cuidado de personas mayores y tecnología también están los avances para los profesionales sanitarios. Aquí sí que son de gran ayuda todos los avances tecnológicos. Aceleran procesos, recogen datos instantáneamente y son muy útiles para prevenir males mayores.
Aquí hay un gran abanico de posibilidades: desde alfombras con sensores por si alguna persona con riesgo de caída se levanta de noche, pastillas con un micromecanismo que te avisa si no te la has tomado, aplicaciones para registrar constantes vitales…
Como todo en la vida, no hay una cosa mejor que otra. Hay que buscar qué es lo que realmente sirve para cada caso porque dependerá de muchos factores.
Pero, en general, podríamos decir que la tecnología facilita la vida también a las personas mayores. ¿Estás de acuerdo?
Maite Ferré
Directora del Centro residencial Colònia Güell